
Ubicado en los límites del municipio sevillano de Salteras, en un entorno marcado por el paisaje agrícola, el proyecto de 16 viviendas se define por un rotundo volumen prismático de dos plantas.
El esquema de viviendas pasantes a fachadas opuestas organiza una banda continua de dormitorios a la fachada principal mientras que los espacios de estancia disfrutan de las vistas sobre el campo del Aljarafe.
La fachada -que se organiza en bandas horizontales de huecos- se desnuda de la terminación tradicional de paredes encaladas para mostrar su estructura portante generando un juego plástico de materialidades.